Del 7 al 11 de abril, la Granja Pepín, en Alba de Cerrato (Palencia), fue escenario de una estancia formativa dentro del Programa CULTIVA, una iniciativa que ofrece a jóvenes agricultores y ganaderos la posibilidad de aprender directamente en explotaciones que ya están en marcha. En esta ocasión, fue Vanessa Urizarna, impulsora del proyecto “Raíces del Cerrato”, quien compartió esos días con Laura Polo, responsable de esta granja de gallinas camperas en libertad.
Este programa, financiado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), y desarrollado en colaboración con entidades representativas de los sectores agrícola y ganadero de España, busca mejorar la formación de quienes están empezando en el campo. Las estancias se realizan en explotaciones consideradas “modelo” por su forma de trabajar, y en ellas se tratan temas tan diversos como la innovación, el manejo de los recursos, el impacto ambiental o la viabilidad económica de los proyectos. Todo desde una perspectiva muy práctica.
Granja Pepín arrancó en 2016 con 500 gallinas camperas y hoy cuenta con capacidad para 2.000. Ese salto se dio gracias a un proyecto de ampliación que diseñamos en CAM Calidad Agroambiental.
Allí, las gallinas salen al aire libre, picotean en el campo, descansan bajo los árboles y viven en un entorno mucho más natural que en una granja intensiva. Esto implica una manera de trabajar distinta, más conectada con el bienestar animal y con lo que cada vez más consumidores buscan.
Durante la estancia, Laura y Vanessa compartieron su día a día en la granja: el manejo de las aves, la planificación económica, la sanidad, la alimentación, la forma de integrar criterios ambientales en la gestión, etc. La formación incluyó también una visita a Ganeca, una cooperativa centrada en la mejora y recuperación de razas autóctonas.
El programa cubre todos los gastos de quienes participan y compensa a las explotaciones que acogen, lo que facilita que más jóvenes puedan vivir estas experiencias sin frenar su propio trabajo en casa.